¿Empobrecimiento del lenguaje?

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La escritura es la forma más común de expresarse en internet. El correo electrónico es una herramienta imprescindible en el trabajo, redes sociales como Facebook están transformando la manera de relacionarse y los sistemas de mensajería instantánea comienzan a gozar de la misma popularidad que las llamadas por teléfono.

Todos estos canales de comunicación permiten una mayor inmediatez, y hacen, en definitiva, la vida más fácil, pero, al mismo tiempo, hay quienes creen que están arruinando la ortografía con el consiguiente deterioro de la propia lengua. En este nuevo ecosistema de medios los usuarios aceptan las reglas de estilo de cada canal.

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Un ejemplo claro de la adaptación de la escritura a cada situación es la popularización de la comunicación instantánea en los teléfonos inteligentes. La brevedad casi telegráfica es la norma general cuando se chatea con amigos en este medio: se abusa de abreviaturas y contracciones, se emplea una gramática más despreocupada y hasta se olvidan las reglas de puntuación y acentuación.

En Twitter ocurre lo mismo. El límite físico de 140 caracteres obliga a emplear atajos gramaticales y estilísticos para transmitir un mensaje en el menor espacio posible. Es común encontrar fórmulas como «xq» en lugar de «porque» o prescindir del signo de apertura de las exclamaciones e interrogaciones. Sin embargo, esta economía del lenguaje en internet no se debe confundir con no saber escribir, sino con la adaptación de la escritura a estas nuevas realidades.

La proyección pública o privada de las interacciones en internet también influye sobremanera en la atención que se le dedica a la ortografía. Volviendo a los casos de Twitter y la mensajería instantánea, se puede apreciar un tono diferente en el uso del lenguaje en ambos canales: mientras que en los sistemas de mensajería instantánea se maltrata el lenguaje abiertamente, en Twitter triunfa la moderación a pesar de la mayor limitación de espacio. Al no existir el componente familiar con el destinatario y ser una plataforma abierta, el usuario presta más atención a las palabras que utiliza. Incluso en Facebook, una red social cerrada, se cuida más la ortografía que en los chats: la comunicación tiene un matiz social y, por lo tanto, las actualizaciones de estado tienen mayor trascendencia que un mensaje instantáneo.

 

Fuente: Manualdeestilo.com

Imagen: Flickr