Leonor Carnicer: “Los emprendedores rurales deben potenciar los valores de sostenibilidad y artesanía en su estrategia de comunicación”

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Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra (2006), la periodista zaragozana Leonor Carnicer se define en su perfil de Linkedin como una persona observadora, analítica, organizada, curiosa, melómana, cinéfila y viajera. Ha trabajado en televisión, radio, agencias de noticias y medios digitales, además de ocuparse de la comunicación en diferentes empresas y asociaciones. Pese a residir actualmente en Madrid, tiene una gran vinculación con su tierra, y continúa “empadronada” en la Asociación de Periodistas de Aragón por “patriotismo”.   

En la actualidad, trabaja como periodista freelance para Forbes, T magazine, Tapas, Spend In Magazine, Condé Nast Traveler y otros medios. Forma parte de La Mar de Gente Comunicación, agencia dirigida por la periodista Pilar Balet y con la que participó en la formación ‘Start-UP 2020. La era rural’.

A diferencia de las generaciones anteriores, los emprendedores más jóvenes han crecido con Internet y las redes sociales. ¿Saben utilizar las nuevas tecnologías para vender su negocio?

Yo creo que sí. Las nuevas generaciones saben utilizar las redes sociales como usuarios, pero tienen que cambiar un poco la mentalidad para empezar a pensar como empresarios. Ellos también son consumidores y por tanto les debería resultar sencillo ponerse en el papel de sus futuros compradores. La idea es pensar en lo que les gusta o disgusta como clientes y aplicarlo a su propia empresa. Las redes son sólo una herramienta, lo importante es el enfoque y la estrategia que quieran desarrollar.

¿Cómo ayuda la comunicación a emprender en el medio rural?

La comunicación es clave siempre. Si haces algo estupendo pero no lo conoce nadie es como si no existiera. En un núcleo rural, donde la población es más reducida que en una ciudad grande, es fundamental darse a conocer para ampliar el número de posibles clientes. Primero entre los vecinos, luego entre localidades cercanas buscando colaboraciones y alianzas y, por supuesto, en Internet.

Ya hay casos de éxito de empresas pequeñas en lugares remotos que están exportando sus productos a toda España e incluso al extranjero. A estas alturas de la historia, quien no haya hecho de Internet su aliada, se va a quedar atrás. Además, en la mayoría de los casos, los emprendedores rurales basan su estrategia de producto en la artesanía, la sostenibilidad, la proximidad y la integración del territorio. Esos valores los diferencian de otros productos más industriales y, por tanto, hay que saber potenciarlo a través de la comunicación.

¿Y cuáles son las claves para conectar con el público objetivo de tu negocio y que terminen comprando tus productos o servicios?

Ser coherente, honesto, transparente, cercano, colaborar con personas y negocios afines e ir poco a poco haciendo las cosas bien.

En lo que concierne a la comunicación, es necesario reforzar los valores que sustentan el emprendimiento. Los tiempos han cambiado y los consumidores quieren comprar productos que promuevan la sostenibilidad y la responsabilidad social. Con las nuevas tecnologías sólo ha cambiado un poco el escaparate de la tienda, pero la esencia y la autenticidad de las marcas son más importantes que nunca.

Enseñando también se aprende. ¿Con qué te quedas de esta experiencia formativa?

En primer lugar, fue una experiencia muy enriquecedora porque fue un trabajo en equipo. Preparamos la formación entre Jorge Alfaro, experto en Social Media de La Mar de Gente, y yo. Mi labor consistió en transmitir a los emprendedores la importancia de la comunicación en cualquier empresa, por pequeña que sea, y mi compañero Jorge de explicar el funcionamiento de las herramientas tecnológicas que les pueden ayudar a interactuar con sus clientes.

Como fue una formación online, me quedo con las expresiones de la gente a través de la pantalla. Es muy frío y muy raro no poder hablar a alguien mirándole directamente a los ojos, no sentir si les ha hecho gracia un chiste, si te están entendiendo o si les aburres soberanamente. Yo estaba todo el rato mirando las reacciones de los alumnos en la pantalla porque necesitaba esa conexión, ese vínculo que se crea entre las personas cuando se comunican y que nos enriquece tanto. Cuestiones metafísicas aparte, me quedo con la satisfacción de poder compartir lo que sé con otras personas y comprobar que les es útil. A veces lo que a unos nos parece obvio, no lo es en absoluto para los demás y por eso es tan importante compartirlo. No deberíamos darlo por hecho.

Como periodista freelance, has recorrido y documentado en tus crónicas de viajes pueblos como Puente La Reina, Altea, Llanes o Álquezar. ¿Hay futuro en el medio rural?

Me encanta viajar y considero un privilegio poder escribir sobre viajes. En mi opinión, todos deberíamos mirar lo que nos rodea con los ojos de un viajero, como alguien que lo ve todo por primera vez. Sin prejuicios y con una sana curiosidad. Tal vez así aprenderíamos a apreciar más lo que tenemos.

Creo que el futuro que se abre en el medio rural es abrumador. La pandemia que estamos viviendo ha puesto de manifiesto el peligro que suponen las aglomeraciones y creo que esto puede suponer una oportunidad única para el reto demográfico. Estamos ante un cambio estructural en nuestra sociedad, a todos los niveles, uno de esos momentos que marcan un antes y un después en la historia. Al igual que la Revolución Industrial atrajo a la gente hacia las ciudades, el Coronavirus igual hace que las personas se replanteen su forma de vida actual y decidan volver a los pueblos porque es más saludable, tranquilo, sostenible y barato que vivir en una gran ciudad. El tiempo lo dirá.

Espacio en colaboración con la Diputación de Zaragoza, con noticias, reportajes, entrevistas y otros contenidos relacionados con el periodismo local, el medio rural y la despoblación.