Jordi Évole: “Yo no creo en la objetividad, creo en la honestidad en el periodismo”

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Por Clara Serra

Este año el encargado de echar el cierre a las jornadas del XIII Encuentro de Periodismo de Altura fue el mediático periodista catalán Jordi Évole, que se prestó a responder a las preguntas de Enrique Serbeto, periodista altoaragonés afincado en Bruselas y organizador de las jornadas, Concha Montserrat, periodista aragonesa, Pepe Quílez, director de Aragón Televisión, Alfonso Armada, periodista y ex corresponsal de ABC en Nueva York, y Pablo Rodríguez Suanzes, corresponsal de El Mundo en Bruselas.

Yo no creo en la objetividad, creo en la honestidad del periodismo. Está claro que yo tengo una ideología y sería absurdo ocultarlo, pero lo importante es contar lo que uno se encuentra, no contar lo que a uno le habría gustado encontrarse”, expresó Évole, que se encuentra al frente del programa ‘Salvados’ desde que comenzó en 2008.

La sala, en la que se amontonaban unas 200 personas atentas a sus declaraciones, escuchó al ex ‘follonero’ poner en valor el periodismo: “Somos esa correa de transmisión que debe contar lo que pasa por arriba y por abajo”, explicaba Évole, que se mostró sorprendido de que en un pueblo de unos 900 habitantes haya tanta gente que asista a escuchar a periodistas, lo que atribuyó a las “muchas ganas de saber” que tienen los ciudadanos.

Durante las dos horas de tertulia Évole habló de algunos de sus programas más destacados, como el del accidente en el metro de Valencia, con Juan Cotino o el de Jaume Matas, que el juez Castro incorporó a la causa del caso Nóos como prueba documental. También nombró las entrevistas a Evo Morales, a Varoufakis y Jordi Pujol, como ejemplos de entrevistados que le habían decepcionado, o el polémico falso documental que narraba que el golpe de Estado del 23F había sido un montaje de José Luis Garci. “Iñaki Gabilondo me decía: Yo lo hago pero se va a liar, y yo me puse digno y le dije que este país es maduro, a lo que me miró con cara de ‘no tienes ni idea’”, explicaba entre risas de los asistentes.

A modo de autocrítica aseguró que no deberían haberlo emitido en la misma franja horaria que ‘Salvados‘ pero en ningún momento le pareció que el falso documental hubiese afectado a la credibilidad del programa: “Estamos jugando cada día con la credibilidad del público con según qué portadas de periódicos -afirmó ganándose un espontáneo aplauso de los asistentes-, y en nuestro documental, en el minuto 46 se dijo a la audiencia que era todo mentira, mientras que en las contraportadas de esos periódicos no te avisan cuando la portada es falsa”.

El programa con Iñaki Rekarte, el etarra arrepentido al que entrevistó el pasado mes de mayo, ocupó gran parte del tiempo de debate. Al respecto, Évole aseguró que era una entrevista que llevaba años buscando, pero que le planteó problemas de conciencia antes, durante y después de realizarla. “A mi me resulta muy fácil empatizar pero en este caso no podía y no quería crear un clima de confianza”, aseguró. Este trabajo supuso para él y su equipo darse cuenta de lo duro que puede ser el periodismo como herramienta, sobre todo cuando contactó con él la hija del matrimonio asesinado por Rekarte para expresarle el dolor que le produjo ver el programa, pues “la entrevista era pertinente, pero el dolor era lógico”, concluyó el periodista.

Évole se considera afortunado y así lo hizo saber al público de Castejón de Sos.Que mi programa sea un referente es una anomalía”, afirmó, explicando que se “coló por una grieta” del sistema como un programa desenfadado, de humor, que poco a poco ha ido evolucionando a algo más serio y periodístico, y al mismo tiempo aseguró: “Yo me cago cuando me ponen la etiqueta de programa de referencia o periodista de referencia, pues los periodistas que hay aquí son mucho mejor periodistas que yo”.

‘Salvados’ es un programa de la productora El Terrat y un caso excepcional en el que se destinan cantidad de recursos para elaborar una hora de televisión a la semana. Por ello, Évole se considera un privilegiado que además trabaja para uno de los dos grandes grupos mediáticos de este país. Sobre este tema recordó una frase que le dijo Gervasio Sánchez, ‘tú desengáñate, que esto del periodismo es tiempo y dinero’. Y a la pregunta de por qué no se hace mejor periodismo si la fórmula es tan sencilla respondía con un ejemplo clarificador.

A veces en una mañana un redactor va a tres ruedas de prensa -comenzó a narrar Évole-, ¿Qué mierda de periodismo se puede hacer así? Y puede que en el transcurso de la mañana se recorra un barrio donde se está cociendo algo más importante que esas ruedas de prensa, pero no tiene ni el tiempo ni la energía para dedicarlos a eso”.

Del mismo modo aparecieron también críticas hacia el medio en el que trabaja, la televisión, pues afirmó que él siempre ha sido un amante de la tele, pero que se utiliza mal a veces de manera intencionada. “Los directivos dicen que hacen el tipo de tele que la gente quiere ver pero en realidad hacen la que es más cómoda para ellos”, aseguró Évole, refiriéndose a que las tertulias son fáciles y baratas, pues es gente hablando, que no cobra grandes cantidades y que llena mucho espacio.

Entre anécdotas contó que José María Aznar siempre les ha dicho que no a una entrevista, que el programa que más le había marcado fue el que protagonizó José Luis Sampedro y que al rey Felipe le preguntaría cómo están sus cuñados. Afirmó también que ante determinados temas existen presiones de los directivos de la cadena, pero que es algo con lo que hay que convivir y que siempre le han dejado hacer lo que ha querido, algo que relacionó con la gran fuerza que le da la audiencia, pues dijo que en su programa se encuentra, posiblemente, el minuto más caro de publicidad de toda la cadena.

En cuanto a la relación de la prensa con los políticos, aseguró que los periodistas de este país siempre han compadreado demasiado con la clase política y que la mayoría de los debates electorales están demasiado encorsetados: “Los asesores de los políticos creen menos en los políticos que nosotros, los protegen demasiado, salen tan poco que pierden el hábito y luego es un desastre”.

 

Tocando los huesos de la vieja Europa

Évole fue el encargado de cerrar y el más mediático de los periodistas allí presentes, pero antes de que llegase su momento se habló en Castejón de Sos sobre la situación de la Unión Europea, sobre la crisis de los refugiados, y sobre la crisis griega, con ponentes de altura como María Tejero, corresponsal de la Agencia Efe en Bruselas, Nando Zanogera, ex corresponsal en Pekín de Catalunya Radio, y Griselda Pastor, corresponsal de la Cadena Ser, con una moderadora también de altura como es Soledad Gallego Díaz.

Jornadas de Periodismo de Altura
Jornadas de Periodismo de Altura. Autora: Clara Serra

Desde las cinco y hasta las siete de la tarde se ofrecieron allí algunas claves para entender la crisis que atraviesa la Unión Europea y que está provocando que el Estado del Bienestar haga aguas y también la idea de integración social bajo la que nació la unión monetaria. “Lo que está pasando en Grecia es una muestra del esfuerzo que se hace por mantener algo que tiene que ser modificado para poder continuar”, apuntaba Griselda Pastor.

Pastor puso de manifiesto la debilidad de las instituciones y la importancia de que los ciudadanos se planteen la política europea no como algo externo sino como algo esencial. “Que durante tres meses hayamos tenidos a nuestros políticos y medios pendientes de si dimitía o no Varoufakis me da vergüenza”, sentenciaba la periodista.

Por su parte María Tejero aseguró que Grecia ha sido capaz de poner en el centro del debate “las vergüenzas de Europa” y añadía que la inmigración es otra de esas vergüenzas. “La alternativa, la discrepancia, la discusión, deberían ser las bases de la Unión Europea, y la crisis griega ha demostrado que no hay alternativa ni discusión posible en las instituciones europeas”, añadía.

Se habló también de las oleadas de refugiados que en los últimos meses se están multiplicando. Respecto a este tema Nando Zanogera se refería a que cada problema se ha ido solucionando con un parche y los parches no aguantan. “Europa como agente exterior se ha ido debilitando y las oleadas de inmigración vienen por la mala gestión de las primaveras árabes en gran parte”.

Soledad Gallego Díaz puso el foco en que el ciudadano debe ser exigente con los políticos, empezando por los locales, y pensar en Europa como si fuese un ayuntamiento. “Se perseguía una integración europea y esa idea se ha roto”, afirmaba. Añadiendo que se han roto pilares básicos sobre los que se sostiene la idea de la Unión Europea como la maravilla que era el Euro, cuando nadie nunca había hablado de sacar a un país de él sino de sumar más estados, o el apuntar como se ha apuntado tan rápidamente al Espacio Schengen y la sugerencia de modificarlo en los últimos días.

Países como Líbano o Jordania han aceptado refugiados, ¿por qué Europa dice que se desborda?”, preguntaba al aire Gallego Díaz. Y después añadía, invitando a la reflexión, que unos 300.000 refugiados españoles pasaron a Francia cuando terminó la Guerra Civil, cuando ahora la Unión Europea ha aceptado repartir 40.000 entre sus estados miembros.