Cartas desde Moroni (3)

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Dos países coincidieron el pasado domingo 25 de enero en las urnas. Europa y los mercados internacionales siguieron muy de cerca la votación, el recuento y los resultados que llevaron a la victoria al partido de izquierdas griego Syriza en las elecciones legislativas. A más de 8.000 kilómetros de Europa, la jornada electoral en el micro estado de Unión de Comores pasó casi desapercibida para el mundo y la prensa internacional. Poco más de 275.000 electores de este pequeño archipiélago en el océano Índico votaron para renovar el parlamento y elegir delegados de isla.

Una de las votantes, enseñando el dedo manchado por la tinta tras la votación./ Silvia de Félix
Una de las votantes, enseñando el dedo manchado por la tinta tras la votación./ Silvia de Félix

Las misiones de observación electoral locales e internacionales presentes en el país resaltaron el ambiente apacible en el que se desarrolló la jornada electoral y la importante afluencia de electores. Estimada en un 71%, la participación superó el porcentaje registrado en previas citas electorales. Sin embargo, en algunas localidades, un acérrimo boicot fruto del descontento ganó el pulso a las urnas.

A la imagen de la aldea rebelde de Asterix en la Galia ocupada por los romanos, los habitantes de Tsidje, Sada o Nkourani, en la isla de Gran Comore, protestaron contra la gestión pública de sus mandatarios con un desplante abstencionista. La iniciativa, promovida por grupos de jóvenes, llama la atención sobre la situación de estas poblaciones, enclavadas en lugares de difícil acceso, en las que las infraestructuras son inexistentes, no hay salidas laborales y el agua corriente y la electricidad se han convertido en artículos de lujo.

La segunda vuelta de las elecciones legislativas tendrá lugar el próximo 22 de febrero, en una doble jornada electoral en la que también se decidirán los representantes municipales.Los resultados provisionales revelan un pulso por la mayoría parlamentaria entre la formación afín al actual presidente Union pour le Dévelopement des Comores (UPDC) – Unión por el Desarrollo de Comores – y el principal partido de la oposición Juwa (Sol), del ex presidente Ahmed Abdallah Sambi. Sambi, tachado de populista y con excelentes relaciones con los países del Golfo, busca reconquistar la presidencia en 2016. Sin embargo, la Constitución actualmente en vigor se lo impide.

Tras más de 20 intentos de golpes de estado en cuatro décadas desde la independencia en 1975, el archipiélago ha negociado un pacto de caballeros. Los afanes separatistas de Anjouan, una de las tres islas, se calmaron en 2001 con la instauración de una presidencia rotatoria. Así, cada legislatura está encabezada por un mandatario originario de cada una de las tres islas: Gran Comore, Anjouan y Mohéli. En 2016 es el turno de Gran Comore. Sin embargo, Sambi es originario de Anjouan. ¿Su estrategia? Por el momento ha cambiado de domicilio y se ha instalado en la capital de Gran Comore. Pero para despejar cualquier obstáculo en la carrera presidencial, el ex presidente Sambi y su partido Juwa lucharán por la mayoría parlamentaria para modificar el texto fundamental a su medida.

La legislatura de Sambi (2006-2011) dejó buen sabor de boca entre una población que pide poco más que agua, luz, asfalto y hospitales equipados. Durante su mandato, Sambi atrajo al país inversiones de Qatar, Turquía, Irán o Emiratos Árabes Unidos. Asegura a su electorado que el perímetro marítimo de Comores esconde petróleo y que lo explotará en beneficio del pueblo. Populista o no, muchos comorenses lo recuerdan, al menos, como un líder comprometido.

Silvia de Félix

Periodista