El periodismo ya no es solo una profesión para hombres

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Leticia Celma

Madres y periodistas, una combinación complicada que se logra a través de la organización y la planificación. Siempre ocupadas, pero disponibles para cualquier consulta. Cinco periodistas aragonesas confirman que la mujer es un elemento indispensable en las redacciones, aunque todavía no alcanza los puestos directivos. Según cifraba la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, Elsa González, solo una de cada cinco mujeres es directiva en los medios. No obstante, las compañeras aseguran que el tiempo y la lógica situarán a las mujeres en altos cargos.

Entre la vorágine de la actualidad, las periodistas, como cualquier mujer, también se plantean formar una familia. Pero, ¿cuándo es el mejor momento para una profesional de la información? Las cinco encuestadas tenían una situación más o menos estable en la plantilla. Para Ana Aínsa fue el día en que dejó de preocuparse por compaginar el tiempo de los niños con el del trabajo. Aunque al principio creyó que tendría que renunciar a muchas opciones, con el tiempo se dio cuenta de que solo era cuestión de saber organizarse, establecer prioridades y tener claro lo que se quiere.

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La periodista audiovisual Cristina Pemán decidió dar el paso a los 29 años, cuando consideraba que todavía no tenía responsabilidades y podría hacerse cargo de sus hijos. Mientras tanto, no cerró las puertas a seguir ascendiendo en la profesión en un futuro, momento en el que sus niños ya serían más independientes. “Conozco a muchas mujeres periodistas que han hecho lo contrario, y han asumido puestos de responsabilidad primero, y después han sido madres. Profesionalmente están mejor que yo, pero no tienen apenas tiempo para disfrutar de sus hijos”, apunta.

Una decisión muy meditada fue para la periodista Raquel Goyeneche que, durante su embarazo, fue nombrada Jefa de Local. “Poder es querer, aunque es duro”, opina Goyeneche que continúa trabajando en Heraldo de Aragón desde entonces. No ha reducido las horas, sigue al pie de la actualidad durante diez horas y ve a sus niños por la mañana, cuando les lleva al colegio, según describe a la APA.

Por su parte, la locutora Eva Pérez se encontraba en una buena situación laboral en Radio Zaragoza en el momento en que se decantó por quedarse embarazada. Para compaginar el trabajo y el cuidado de su primera hija, redujo su jornada laboral el primer año. Después, el horario del programa matinal que dirigió facilitó la conciliación. Su segunda niña llegó cuando trabajaba en el gabinete de la Delegación de Gobierno. En este puesto vivió experiencias como atender las llamadas de los compañeros al mismo tiempo que cuidaba de su hija. Como ejemplo, citó el asesinato de Ana Isabel Herrero, por los GRAPO, en el año 2006. Aquel día informó a los medios de comunicación desde su casa durante cuatro horas seguidas.

Según las experiencias de las cinco periodistas, el medio de comunicación en el que se trabaje puede aportar ciertas facilidades en la conciliación familiar. La radio, por ejemplo, permite un mayor orden debido a sus horarios matinales y continuos, según afirma Pérez, que no olvida la inmediatez y el carácter imprevisible de las noticias. Ajustar los horarios también es posible para la autónoma Ana Aínsa, aunque confiesa que, después de acostar a sus niños, tiene trabajo acumulado. “El portátil se ha convertido en mi cuarto hijo”, añade.

En el caso de la televisión autonómica, los padres y las madres pueden elegir la reducción de jornada. De esta forma conocen su hora de salida, algo que no sucede con los demás compañeros. A cambio renuncian no solo a una parte de su sueldo sino también a la posibilidad de tratar temas interesantes. “En nuestra profesión, si no puedes prolongar la jornada, es como si no existieras”, cuenta Pemán que se siente “defenestrada” por ser madre y sindicalista. Incluso formar una familia puede llegar a considerarse como un freno en la profesión. “No creo que por trabajar con un horario fijo tenga que estar ‘aparcada’”, aclara pidiendo reivindicar el papel de las madres.

Niños, trabajo y hogar forman una mezcla explosiva que, para nuestras compañeras, ha implicado en ocasiones renunciar a ascender puestos, reducir horas de la vida familiar o pedir ayuda a su entorno. De esta última manera, la periodista de la Agencia EFE, Isabel Poncela logró continuar con su trabajo a la vez que formaba su familia. Los turnos de su empresa y su nómina estable facilitaron las tareas. No obstante, responde que compaginar los horarios en periodismo es complicado. “Hacemos noticias y son cuando son”.

Por su parte, Goyeneche tiene que invertir en la redacción las horas que pasaría con sus hijos. La periodista explica que aprendió a organizarse en la logística del hogar y de la familia, y, desde entonces, aprovecha el tiempo más que antes y además está compuesto de momentos de calidad.

En definitiva, como precisa Aínsa, se necesita mucha flexibilidad, autoestima y actitud positiva para continuar siendo periodista a la vez que madre de familia. Y es que, para adaptarse, esta autónoma tuvo que aprender y explorar nuevos campos del periodismo, así como agradecer el apoyo de los compañeros. “Si una puerta se cierra, otras se abren”.

 

Medidas para la conciliación familiar y laboral.

Las cinco periodistas aragonesas declaran tajantes que la racionalización de horarios es posible y necesaria, pero sin olvidar la inmediatez, principal característica de la noticia. Desde la FAPE, se está impulsando distintas medidas como adelantar el prime-time de las cadenas de televisión y eliminar las guardias presenciales. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los periodistas, tanto si son madres o padres como si no lo son.

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Para nuestras encuestadas, las redacciones sufren un exceso de “presentitis”, palabra utilizada por Isabel Poncela para referirse a las numerosas horas de trabajo que realizan los profesionales en las oficinas. Pemán llega incluso a indicar que este “presencialismo” es un mal endémico de la profesión. “No es mejor periodista el que más horas se pasa en la redacción, hay que empezar a trabajar por objetivos”, argumenta. “Ese día ganaremos todos.”

Eva Pérez va más allá de este planteamiento, la racionalización de los horarios conllevaría una información de mayor calidad. “Estar metido en la burbuja nos aleja de la vida, y si los periodistas se alejan de la vida, se alejan de los ciudadanos y dejan de ser periodistas”, opina. Esta idea fue recuperada por Aínsa que, en su opinión, fomentar las medidas de conciliación conseguiría “madres más realizadas, periodistas que se implican más, personas más felices”.

Las jornadas intensivas, las ruedas de prensa a horas más lógicas, el trabajo por objetivos y la erradicación del “presencialismo”, con ayuda de las nuevas tecnologías, son las medidas que plantea Pemán para poner en marcha en la redacción. “Harían que este trabajo fuera menos esclavo”. Raquel Goyeneche añade el teletrabajo y la realización de las ruedas de prensa en un horario intermedio, que no fuera las 8.00 o a las 19.00. “Se puede organizar turnos y jornadas completas, hay medios de comunicación y empresas que ya lo hacen”, agrega Pérez Sorribes.

 

Las mujeres periodistas, siempre en el punto de mira.

“Nuestra sociedad es todavía muy machista y a las mujeres se nos está juzgando siempre”, opina Cristina Pemán. Al respecto recuerda a la pareja de la periodista Sara Carbonero y el portero Iker Casillas. “A ella se le acusa de mala madre por ir al Mundial y a él se le llama padrazo cuando se le ve con el niño en brazos”. En esta mirada crítica hacia la mujer coincide Isabel Poncela que explica que a los políticos no se les juzga el vestuario, mientras que sí se hace con las mujeres.

A algunas de nuestras encuestadas, aunque no se les ha exigido más que a sus compañeros, han vivido situaciones comprometidas en las que no se les ha tomado en serio. Eva Pérez relata que cuando conducía el programa ‘La calle del dinero’, con Miguel Mena, algunos empresarios contestaban a sus preguntas mirando al periodista y no a ella. Pérez no perdía la serenidad, optaba por lanzar cuestiones más complejas que alertaban al personaje público de que era una periodista y estaba allí con una formación y experiencia. Sin citar nombres, Raquel Goyeneche también recuerda que algunos políticos decían al verla: “Ya vienen las chiquitas del Heraldo.” Esto no amedrentaba a la periodista que conseguía sacarles más información de la que pretendían.

Ana Aínsa comenta que, por su parte, tuvo que luchar como cualquier otro profesional. Para adaptarse a los cambios en el sector, dejó su puesto en televisión y se adentró en la Comunicación de Empresa.

En el caso de Isabel Poncela, desde que se dedica a la profesión, no ha vivido ninguna situación de injusticia o de desigualdad.

El escollo que todavía parece no salvar la mujer periodista es alcanzar los puestos directivos. En opinión de las entrevistadas, los hombres ocupan las direcciones de los medios de comunicación con mayor facilidad que las mujeres. “Se necesita apertura de mente, ser justos, medir capacidades y resultados. No tiene sentido poner al frente a un profesional peor solo porque sea de uno y otro sexo”, sentencia Aínsa al respecto.

 

Sin arrepentimiento.

“Tener hijos es lo mejor que he hecho en la vida”, “antes era periodista, ahora soy periodista, madre… y otras muchas cosas”, “ser madre es un plus”, “nunca he dejado de hacer nada por ser madre”, “me cunde el tiempo ahora más que cuando no era madre”, con estas frases las cinco periodistas confirman que el esfuerzo invertido se ha visto compensado por sus hijos e hijas.

Sin embargo, cabe destacar que la labor de conciliación y de mejora de la imagen de la periodista y profesional empieza tanto en la mujer como en el hombre. Tal y como indica Eva Pérez, los propios informadores tienen que comenzar a preguntar a los personajes públicos masculinos cómo logran compaginar la familia y el trabajo. El cuidado del hogar ya no es solo de la mujer, por ello aboga por dejarlo patente en las entrevistas. Pemán describe que muchos de sus compañeros en la televisión redujeron sus horas para encargarse de sus hijos. “Los periodistas no tenemos por qué vivir tan mal ni esterilizarnos para poder ejercer esta profesión tan bonita. Con que nos demos cuenta de eso ya habremos hecho mucho”, concluye.

Fotografías: Mujeres periodistas retratadas durante el Congreso de Periodismo Digital 2014, por Álvaro Calvo