Juan Domínguez: “Me da mucha pena la situación que viven los jóvenes”

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Víctor J. Rodríguez

Juan Domínguez Lasierra, ex jefe de Cultura del Heraldo de Aragón, mira el presente del periodismo con pesar. Jubilado desde 2008, siente que ha tenido una carrera como periodista privilegiada, ya que vivió un tiempo dorado de la profesión y se marchó antes de la crisis. La Asociación premió su trayectoria en 2008.

“El presente lo veo con mucha tranquilidad, tal como están los medios informativos y las nuevas tecnologías me digo a menudo que me he escapado, he sido un privilegiado.  He vivido una época dorada del periodismo, en la que un periodista entraba en un sitio y si valías te quedabas toda la vida. He tenido una vida periodística muy satisfactoria y gratificante, he trabajado en lo que me gustaba con amplias dosis de libertad. Lo siento por los jóvenes periodistas de ahora”.

Juan Domínguez Lasierra desarrolló su carrera profesional íntegramente en Heraldo de Aragón, durante más de cuarenta años. “He sido un periodista del Heraldo”. Comenzó a trabajar para hacer sus prácticas en un verano, después de haberse licenciado en Química y tras empezar a estudiar en la Escuela de Periodismo de Madrid, antes de que se implantara la carrera universitaria en España.

 

dominguezlasierra

 

Ha sido siempre un hombre culto, “estaba al tanto de toda la actualidad literaria, leía todo lo que salía de cine, arte y cultura en general”. Sin embargo, recuerda que al entrar a la redacción, entonces dirigida por Antonio Bruned, “me someto a lo que era el régimen del Heraldo y pasé cinco años haciendo teletipo de información internacional y  otros cinco haciendo nacional”. Ese era su trabajo por las noches, porque durante el día tenía otros cometidos, como asistir a plenos municipales, maniobras militares, ruedas de prensa de algún político, etc.

Recuerda que su primera encomienda personal fue salir a la calle con el fotógrafo Luis Mompel. Tenían que hacer una fotografía de las cosas curiosas que se encontraran por Zaragoza y un texto de referencia. El nombre de esa sección era ‘La ciudad y su estilo’. “Era una sección de texto no muy largo, dedicada a aspectos curiosos de la ciudad. La primera que se me ocurrió la hice en el tubo, había un pilón de piedra a la entrada que impedía el paso de la gente, los carros y demás. También recuerdo que, en lo que hoy es el museo Camón Aznar, que era entonces un almacén de muebles Moliner, tenía una verja con una ventana torcida y yo me ponía a hacer elucubraciones sobre esos detalles”.

Con esta sección creó polémica. “Hice un artículo sobre uno de los limpiabotas de los porches del Paseo Independencia, que era un señor veterano, muy grueso, muy conocido. Hablé de que iba a desaparecer el oficio y hubo quejas, tuvo mucha polémica”. Afirma que disfrutó mucho haciendo esa tarea y durante muchos días dedicó sus artículos a aspectos que le interesaban. “Iba a pasear por el barrio de San Pablo, un lugar característico por su arquitectura; también saqué una serie sobre carteles publicitarios”. No firmaba los artículos con su nombre, sino con el pseudónimo Xyz. Esta etapa de su carrera le enseñó “a escribir con rapidez, limpieza y pulcritud”.

 

Jefe de Cultura y suplemento Artes & Letras

Después de que se normalizaran las secciones y áreas en el Heraldo, llegó a ser jefe de la sección de Cultura y Sociedad, a la que luego se unió Espectáculos y ahí trabajó durante prácticamente 20 años, gran parte de su vida periodística. A lo largo de ese tiempo introdujo en la redacción a muchos periodistas que posteriormente han desarrollado su carrera con gran profesionalidad y relevancia. Él llevó a su sección a Plácido Serrano, que fue el primero que habló de música en el periódico y al experto Matías Uribe, que aún colabora con Heraldo. También ha tenido alrededor suyo a redactores como Mariano García, Esperanza Pamplona, Santiago Paniagua, Picos Laguna, Marian Rebolledo, Carmen Martínez Alfonso y muchos otros.

Fundó en 1982 el suplemento Artes & Letras, que hoy en día dirige Antón Castro. Él era un gran lector de suplementos literarios y propuso la idea personalmente a José María Doñate, jefe de redacción. “Le pareció muy bien porque era un hombre muy receptivo”.

Su idea era que se publicaran temas culturales como críticas de libros de  Luis Horno Liria, poesía de Manuel Pinillos, libros aragoneses de Guillermo Fatás, críticas de arte de Ángel Azpeitia, Antonio Beltrán hacía artículos de arqueología… “todo esto que iba desordenado durante la semana en diversas páginas lo aglutinamos. Además conté con una serie de personas que colaboraron, como el profesor Cándido Pérez, mi mujer, la poeta Ana María Navales, José Luís Bartolomé, Nasarre, Pérez Gracia y otros”.

En el año 2002 dejó la jefatura de Cultura después de que le propusieran pasar a la sección de Opinión. Hasta su jubilación escribió editoriales, gestionó cartas del lector y se encargó de otros aspectos, como su columna, ‘En saco roto’.

 

Cultura de hoy

Desde la distancia sigue leyendo con interés las secciones de cultura diariamente. Reconoce algunos cambios con el tiempo, “he visto que, cuando estaba, me centraba en la cultura más seria, ahora, la cultura se ha frivolizado un poco”. En su opinión, predominan las informaciones de música pop, además considera que hay un “exceso de cultura muy mediática y que los aspectos culturales tradicionales se están dejando un poco de relleno, se marginan. Veo un exceso de información de eventos musicales, con poder de convocatoria más joven, hipotéticamente más mayoritario, que luego no se cumple del todo, porque tampoco todas las actuaciones musicales son un éxito. A lo mejor se le da una importancia excesiva a unos eventos, de los que luego en la realidad no se produce esa convocatoria masiva”. Insiste en que “este es mi punto de vista, a lo mejor es un prejuicio”.

Con satisfacción reconoce que “hay un seguimiento por la arqueología y veo que sigue latente ese interés por los hallazgos y descubrimientos arqueológicos”. Opina que diariamente se está buscando atraer a un público más joven a la lectura de la prensa “pero la realidad nos dice que la gente joven lee poco el periódico, a lo mejor nos centramos en unos jóvenes que no les interesa nada lo que hacen los diarios y estamos detrayendo un público más mayor que  podría estar más interesado en leer la prensa pero encuentra informaciones que quizá les interesan poco”.

Piensa con pesar que al público joven, aunque se le ofrezcan atractivos a través de la prensa, no los reciben porque “van a otros soportes y medios informativos para enterarse de sus aficiones y en el periodismo se hace un esfuerzo enorme para que esa información llegue cuando a los que va dirigida no lo miran”.

 

Segmentación total

En los últimos tiempos ha habido teóricos que han realizado hipótesis acerca la segmentación de la información, del fin de los medios generalistas. De esta manera, habría que centrarse en diarios con una sola sección, algo que no convence a Juan. “Creo que la industria periodística no da para eso. Si haciendo un diario generalista hay dificultades para mantenerlo, imagínate uno de un solo tema, ninguno sobreviviría, excepto los deportivos y económicos, seccionar los periódicos no es la manera”.

Afirma que “los periódicos ya tienen suplementos a parte de las secciones, ahondan más en suplementos especializados, por lo que la especialización extrema ya la hacen, segmentar sería el hundimiento de la prensa”. Afirma que los medios de comunicación internacionales ya hacen suplementos enormes. “El periodismo tiene que establecer más opiniones de gente conocida, el futuro tal vez no esta en segmentar sino en en crear un periódico de mayor opinión porque la información ya la tienes, hay que contextualizar, explicar la información, dar opinión en todas las secciones, aunque de alguna manera ya se hace con firmas destacadas. La interpretación contextualiza la realidad del pasado en el presente”.

 

Entrevistas

Afirma que ha entrevistado a todo el mundo de la Cultura al o largo de su carrera. Dice que no le ha faltado casi ninguna figura de la literatura, la música, el arte, el cine o la ciencia. Destaca a escritores como Camilo José Cela y Saramago, “toda la gente importante que venía a Zaragoza la cogía, he entrevistado a todo el mundo”. Nombra también a Francisco Ayala, Ricardo Gullón, Severo Ochoa, Ernesto Jiménez Caballero, Tapiés, Chillida…

Hubo un año que sus vacaciones en la costa catalana coincidieron con el Festival de Sitges y aprovechó para pedir una acreditación que le permitió ir a ver ruedas de prensa, presentaciones de películas y otras actividades. Allí conoció a  Jacinto Molina actor y director más conocido por su nombre artístico, Paul Naschy, una figura clave en el cine de terror y fantástico español. “Era un hombre muy culto y serio, lo vi sentado en una mesa y no quise perder la ocasión de hablar con él. Estuvimos hablando de muchas cosas, me contó su visión clásica del cine de terror”. También asistió a una rueda de prensa de Quentin Tarantino y entrevistó a Jodie Foster.

Conoció en persona a Yoko Ono, después de que hubiera fallecido John Lennon, en una visita que hizo a Zaragoza. “Estuve mucho rato hablando con ella, es una mujer encantadora. Recuerdo que leyó un comunicado por la paz en el Aljafería que fue muy bonito y vino con varios periodistas a la inauguración del Centro Buñuel en Calanda”.

 

Anécdota con Buñuel

“He estado hablando a solas con él, cuando ya era mayor, en casa de su hermano Leonardo, que vivía en la del Heraldo, ya que su hija estaba casada con Joaquín Aranda, crítico de cine. Me invitaron a una reunión y cuando entré me lo presentaron y dijeron <<que te dejo aquí con Don Luis mientras voy a la cocina>>, fue muy chocante. Estuve media hora charlando con él, era un hombre serio, no era ese jocoso que salía en los reportajes. En aquellos días yo había publicado una antología de relatos de brujas y nos pusimos a hablar de brujería y de cosas varias. Estaba apabullado al estar codo a codo con Don Luis Buñuel, esa leyenda, allí solo con él. Fue una sorpresa. Intentaba no ir de entrevistador, era un amigo de la casa que llegaba y se encontraba con él de repente y dentro de lo que pude intenté que pareciera que no le hacía una entrevista. No hablamos de cine porque no quería forzarle a una conversación que no fuera espontánea. A él no le gustaban las entrevistas y si pensaba que estaba entrevistándolo hubiera terminado el encuentro instantáneamente. Me llamaron para que estuviera con él, fue una deferencia para poder conocerlo y un privilegio para mí, es uno de mis grandes éxitos vitales.

Tuve un segundo encuentro con él, en el estanco de la plaza de Santa Engracia. Entré a por tabaco y allí estaba él, también comprando tabaco. Yo había quedado allí porque mis amigos Carlos y Teresa, restauradores,  iban a ir a ver unas pinturas de Goya de Aula Dei para restaurarlas, le propuse venir a verlas, le dije que eran una maravilla y me dijo, <<yo ya no estoy en edad de maravillas>>, entonces, con gran sentimiento por mi parte, rechazó ir a ver a Goya conmigo. Más adelante escribí sobre esto y lo titulé ‘El día que conocí a Buñuel’ “.

 

Premio 

Fue premiado cuando se jubiló, en reconocimiento a su trayectoria. Dice sentirse “muy agradecido”. Recibió el reconocimiento en “un acto muy bonito, en el auditorio”. Lo recibió con “mucho agrado y satisfacción porque es un reconocimiento de los compañeros y por, lo menos, tengo eso”.

Desgraciadamente, no pudo disfrutar el momento plenamente ya que “en esos momentos estaba en una situación personal muy difícil, mi mujer estaba ingresada y fallecería unos meses después”. Desde el año pasado organiza el Certamen Literario “Ana María Navales”, en honor a ella, con premios de poesía y narrativa para menores de treinta años.