La Comisión de Quejas de la FAPE dictamina que El Mundo no vulneró el Código Deontológico en dos artículos criticando a profesores catalanes

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La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo de la FAPE ha resuelto que el periodista Javier Negre no vulneró el Código Deontológico en los artículos publicados en El MundoLos nueve maestros catalanes de la infamia” y “Una maestra acusada de coacción a hijos de guardias civiles: ‘Tenéis que ir al juzgado a decir que mienten“, publicados el 29 de abril y el 7 de mayo de 2018. Dos de los docentes señalados denunciaron que se atentaban contra su honor al incluir juicios de valor ofensivos, además de difundir su nombre, otros datos identificativos e imágenes, extraídos de las redes sociales sin permiso.

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En su resolución 2018/151, la Comisión considera que no se han producido las vulneraciones denunciadas genéricamente como infracciones del “punto 4 del Código ético de la profesión de periodística”, que señala que sin perjuicio de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, el periodista “respetará el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen”.

La Comisión señala que “no se vulneró la primaria obligación de veracidad, ni en los textos examinados se advierte extralimitación en la facultad de los periodistas de realizar libremente críticas que no infrinjan el derecho al honor, la intimidad o la reputación de los aludidos”. “Tampoco infringe estos principios un titular periodístico, ciertamente rotundo, que expresa y resume el contenido crítico del artículo y condensa una evidente desvalorización publica de los aludidos”, añade

En su resolución, la Comisión señala que prevalece el derecho a la libertad de expresión y opinión, ya que la información cumplía los parámetros de veracidad y la valoración crítica no se excedió hasta incumplir el deber de respeto al honor o la reputación de los profesores aludidos, sino que “se trata de una valoración crítica con quienes de manera pública y notoria tomaban una posición de efectos humillantes para unos menores, lo que en la profesionalidad exigible a los educadores podría producir y desencadenar críticas y desvalorizaciones como las que Negre formuló”.