¿Me recomiendas estudiar periodismo?

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A todo profesional le toca enfrentarse a la eterna pregunta de… en tu opinión, como periodista, me recomendarías estudiar periodismo? El primer pensamiento es un sí. Sin preocupaciones. Sin agobios. Claro que sí, es periodismo, si lo ha pensado es porque siente una vocación irrefrenable que… Pero… entonces… la joven que solicita la información nombra la crisis de la profesión, las dificultades para encontrar trabajo y la falta de salidas en nuestra profesión.

Cojo aire. Intento valorar lo que dice. Me vienen a la mente los posibles cálculos de cuánto dinero he ganado en toda mi vida trabajando como periodista… Ejem… (Sonido de grillos) Mis amigas han ganado más dinero trabajando dos meses en una fábrica (cerca de 1.000 euros al mes) que yo en tres meses como becaria, ya licenciada (alrededor de 500 euros al mes).

Así que tengo que admitirlo, la joven estudiante, con las miras puestas en Periodismo, llevaba razón. Nuestra profesión está vilipendiada hasta los límites, hasta los topes. Solo hablamos en petit comité, entre pasillos, y seguimos adelante porque vivimos por las personas, porque no somos aquellos cínicos a los que vetaba Kapuscinski para dedicarse al periodismo. Pero entonces me viene a la mente la situación de otras profesiones: profesoras que han emigrado para trabajar como au pairs en Irlanda, fotógrafos que sirven hamburguesas en Reino Unido…. Entonces me planteo qué carrera tiene facilidades para conseguir un puesto fijo en la actualidad. Me atrevería a decir que ninguna. Los estudiantes, al acabar la universidad, comienzan el vía crucis de los másteres y posgrados que prometen prácticas laborales en empresas “de carácter multinacional”… (pamplinas).

Sí, nuestra profesión está siendo vilipendiada. Como prueba, no solo hay que fijarse en la situación económica pésima que sufren los periodistas y que llevan con honor, porque les encanta su trabajo… Como prueba hay que poner sobre la mesa la injusticia que ha ocurrido en el caso Couso. El juez Santiago Pedraz se ha visto obligado a darle carpetazo sin culpables. Nuestro compañero estaba en un país extranjero, informando con rigor y con ímpetu, dejando a su familia en España, y ya no volvió. Los políticos no quieren responder y ni tan siquiera mirar. No es el único. Hay muchas más esquelas que llevan el nombre de grandes profesionales que nos han dejado. Solo hay que acudir a la web de Reporteros Sin Fronteras para hacerse una idea de la injusticia que se vive con nuestra profesión.

 

Nos dejan de mentirosos, de malvados… Incluso entre nosotros mismos, muchas veces, despreciamos nuestra profesión. Y no es justo, compañeros, para nada lo es. Porque yo no puedo evitar preguntarme varias veces al día: ¿Qué ocurriría si no informáramos? ¿Un día sin información? ¿Y si enciendes el televisor, vas a buscar el periódico o pones la radio y solo encuentras silencio y vacío? Ese día seguro que volvían la cabeza hacia casos como el de Couso.

Compañero, siempre estarás en nuestras mentes. No a la impunidad.

Leticia Celma,

Periodista