Vistazos a un mundo agitado, en el centenario de la I Guerra Mundial

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Fotografía cedida por Ángel Sahún (Diario del Alto Aragón)

El XII Encuentro de ‘Periodismo de Altura’ reunió a periodistas internacionales y locales en la misma mesa de debate en Castejón de Sos el sábado 23 de agosto. El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cusculluela, abrió las charlas centrándose en el año político que comienza. El locutor de Aragón Radio Francisco Doblas (Aragón Radio), el director del periódico Diario del Alto Aragón, Javier García Antón; el director de El Diario de Teruel, Chema López Juderías, y el presidente de la Asociación de Periodistas de Aragón, José Luis Trasobares aportaron su visión periódistica en las primeras horas de debate.

El corresponsal de ABC en Bruselas Enrique Serbeto se encargó de comenzar la segunda parte del encuentro que se orientó a un ámbito más periodístico con la participación de los periodistas Ramón Lobo, Enrique Peris, María Ramírez, Luis de Vega, Pablo Díez y Mikel Ayestarán. Todos contaban con experiencia ejerciendo la profesión fuera de las fronteras incluso en conflictos, como era el caso de Ayestarán.

Público durante el encuentro. Fotografía cedida por Ángel Sahún (Diario Del Alto Aragón)
Público durante el encuentro. Fotografía cedida por Ángel Sahún (Diario Del Alto Aragón)

En el discurso se analizó la crisis y la guerra, así como el reciente asesinato del profesional Jim Foley, que llevaba dos años secuestrado en Siria.  Además los participantes abogaron por la honestidad y por que el periodismo regrese a la calle.

La XII edición del encuentro , que se celebró a puerta abierta, volvió a reunir tanto a profesionales como al público en Castejón de Sos. El evento contó con la colaboración del Ayuntamiento del municipio, de la Diputación Provincial de Huesca y de la Asociación de Periodistas de Aragón.

 

Atención a los “agujeros negros” informativos.

Vistazos a un mundo agitado, en el centenario de la I Guerra Mundial.

Por José Luis Trasobares, presidente de la Asociación de Periodistas de Aragón

Era inevitable. El asesinato de Jim Foley planeó sobre la mesa redonda moderada por Enrique Serbeto, en la que seis conocidos periodistas españoles que realizan su trabajo en los grandes centros políticos del mundo y en países azotados por cruentos conflictos dialogaron sobre la actualidad y recordaron el centenario de la I Guerra Mundial. Dos ideas clave: a) la Unión Europea, por muy denostada que pueda estar, ha sido el factor esencial a la hora de poner fin a siglos de grandes enfrentamientos armados en nuestro continente, y b) las circunstancias en diversas partes del planeta, singularmente en el Próximo y Medio Oriente, están creando “agujeros negros” informativos, cerrando toda posibilidad a conocer con alguna garantía de veracidad lo que allí está ocurriendo. El encuentro, una vez más, en Castejón de Sos, cuyo Ayuntamiento se volcó de nuevo en la organización de la jornada. Con el patrocinio de la Diputación Provincial de Huesca. El Alto Aragón, ya se sabe, es un país de periodistas.

Imagen del encuentro, cedida por Ángel Sahún (Diario Del Alto Aragón)
Imagen del encuentro, cedida por Ángel Sahún (Diario Del Alto Aragón)

Sí, la UE ha permitido que desde hace más de sesenta años Francia y Alemania, enemigos seculares, caminen al mismo paso. Las tensiones políticas y las contradicciones entre intereses económicos pueden resolverse mediante un diálogo reglado. Los estados-nación asociados comparten ámbitos institucionales, normas y procesos electorales. Tal vez, este logro, al convertirse en parte de lo cotidiano, ya no sea tan valorado y parezca algo obvio. Pero es preciso volver la vista atrás, revisar el ciclo de destrucción y muerte que fue de la primera gran guerra a la segunda, para captar la importancia de la Unión Europea, tomar conciencia de su importancia y ponerse en guardia frente a quienes pretenden retroceder desde lo avanzado o reventar el proyecto.

Porque si Europa se ha librado de sus viejos demonios (aunque no debemos olvidar lo ocurrido en los Balcanes o ahora mismo en Ucrania), el mundo dista de hacerlo. En el espacio musulmán, la miopía o los intereses de Occidente interactúan con el fanatismo yihadista para crear una situación terrible y explosiva. ¿Cómo es posible que Estados Unidos y la propia UE no sean capaces de entender la naturaleza de unos países y unos pueblos donde la intervención armada no hace sino empeorar las cosas? En esa tarde de Castejón, Luis de Vega, corresponsal de ABC en Rabat presentó dos impresionantes trabajos fotográficos, uno sobre la revolución en Libia, otro sobre la frontera entre Marruecos y Melilla. Fueron aldabonazos repicados por colegas de la experiencia de Ramón Lobo o Mikel Ayestarán, dos reporteros de guerra que han recorrido campos de batalla en África y Oriente. Ambos, por supuesto, llamaron la atención sobre las consecuencias que ha de tener la conversión de los periodistas en objetivos. Sin testigos sobre el terreno, la comprensión de los conflictos y la visualización de sus repercusiones se hará imposible. La siniestra publicidad que el asesinato videografiado de informadores aporta al yihadismo derivará en apagones informativos como los que de hecho ya se han producido o se van a producir en Afganistán, Somalia, el Sahel africano, Siria, Irak y la propia Libia.

¿Es parte del problema la “ingenuidad” norteamericana?, como apuntó María Ramírez, corresponsal de El Mundo en Nueva York. ¿O la pervivencia de la guerra y el crimen a gran escala viene determinado por sucias maniobras políticas y/o electorales cortoplacistas?, tal que ocurrió con la Guerra de Las Malvinas, recordadas con imágenes y testimonios por el excorresponsal de TVE en Londres, Enrique Peris.

En todo caso, el mundo sigue siendo un lugar inseguro, aunque haya áreas del mismo (por ejemplo, la que tenemos la suerte de habitar) donde la paz parece haberse instalado de forma definitiva. Existen sin embargo viejos y extraños “agujeros negros” de los que apenas sabemos nada, donde se producen absurdos y terribles fenómenos que tal vez en algún momento perturbarán incluso nuestra plácida existencia. Pablo Díez, corresponsal de ABC en Beijing, cerró el encuentro presentando su propio reportaje fotográfico. En él se recogen imágenes tomadas en dos viajes a Corea del Norte, uno de los países más herméticos de la tierra y donde los periodistas extranjeros casi nunca reciben permiso para entrar. Fue como subirse a la máquina del tiempo para volver a la Rusia estalinista o a la China de la Revolución Cultural. Inquietante, surrealista, temible.

Como siempre, la cita en Castejón de Sos no defraudó a nadie.