La prensa fue durante décadas un buen negocio en los principales mercados desarrollados, con márgenes de beneficio sobre ventas que en algunos casos superaban el 25%. Pero el desplome de la publicidad y el descenso de las ventas en quiosco han hecho que se tambalee un sector que en estos momentos afronta una reconversión comparable a la que sufrieron los altos hornos de Bilbao o de Manchester en los años ochenta.
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