Primer paso: el negocio

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Comencé en el oficio hace relativamente poco tiempo, pero el suficiente para utilizar la siguiente frase que parece haberse convertido en top5 del manual de frases nostálogicas en nuestro país: “Eran tiempos de vacas gordas”. En realidad creo que si lo aplicamos a nuestro sector es una mentira a medias. Las vacas gordas llegaban sobre todo a las empresas periodísticas y no tanto a los periodistas. Sea como fuere, había muchos puestos de trabajo y durante esos años era raro escuchar a cualquier periodista hablar de otra cosa que no fuese relacionada con los contenidos, es decir, su trabajo. Nadie hablaba de emprender, ni de modelos de negocio, ni de si la publicidad seguiría ahí o no. Ni se hablaba ni se cuestionaban demasiado cosas. “Zapatero a tus zapatos”, pero ocurre que el zapatero normalmente también se preocupa de su negocio, es decir, la zapatería.

Conclusión: dejamos la sostenibilidad económica de nuestra profesión en manos de profesionales que no tenían porque saber los pormenores del negocio. A su vez se pensó que la publicidad seguiría ahí para siempre y un largo número de factores que en época de bienes es más fácil que se produzcan, pero que probablemente tengan que ver con la relajación de la que todos disfrutamos por momentos. Difícilmente hoy estaríamos tan dormidos.

Internet, el 2.0, las ediciones digitales…

Internet, la crisis económica, el negocio.¡Hay tantos factores que analizar sobre lo que le ocurre a nuestro sector! “Internet, ¿amenaza u oportunidad para el periodismo?” Seguro que hubo a lo largo de nuestra geografía varias charlas con títulos similares a éste en los últimos años. Internet constituía en su momento una gran oportunidad que al mismo tiempo suponía un cambio de dimensiones colosales. Problema: o encaras ese cambio con un poco de antelación o puede incluso convertirse en una amenaza. Y en este caso no fueron precisamente los periodistas, ni el periodismo, los primeros en llegar a Internet y mucho menos en entenderla.

Pero eso fue el pasado. Ahora el presente parece gritarnos que los medios de comunicación ya no disponemos de los canales comunicativos de masas en exclusiva. Y eso, guste o no, afectaba a nuestra profesión y mucho. Tan solo dos ejemplos: Los usuarios (que además ya no son solo lectores, oyentes o telespectadores) no tienen porque elegir un medio de comunicación para consumir contenidos en Internet y las marcas -crisis al margen- disponen de numerosos sitios más dónde emplazar su publicidad. Casi nada.

A eso le podemos añadir que antes el periodista, como perfil profesional, se veía favorecido porque la exclusividad de los medios de comunicación como canales, potenciaban su figura enormemente. Ya no es así, ni volverá a serlo. Sigamos añadiendo factores: el usuario en Internet no está acostumbrado a pagar por la información. Muchos son los medios que intentaron cobrar por contenido en la red y fracasaron estrepitosamente. Demasiados frente a los pocos que han conseguido algo de éxito.

Y por último la publicidad. Dos consideraciones. “La publicidad en Internet sigue creciendo” se suele repetir cada trimestre. Faltaría más, considerando que partíamos de cero y avanzamos a ritmo de tortuga. Pero lo más importante, si el modelo de publicidad fracasó, ¿no iremos a basar los nuevos productos en el mismo sistema, verdad?

¿Hacia dónde vamos?

Estas cuestiones ya nos enfocan hacia una pregunta clara: ¿Cómo nos ganaremos la vida dentro de cinco años? Seamos sinceros: no tenemos mucha idea. Sí que hay indicadores claros que por lo tanto marcan ciertas tendencias: ante la ausencia de trabajo nos estamos dirigiendo hacia el emprendimiento. Sin ir más lejos, en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca que comienza hoy, la mesa redonda que cuenta con un número más elevado de ponentes – con diferencia- es la que trata sobre “emprender en tiempos de crisis”. En la misma línea, hace tan solo unos días FAPE anunciaba un “acuerdo para asesoramiento gratuito básico a los periodistas emprendedores”.

Esto quiere decir que, tal y como está pasando en muchos otros sectores, nos hemos lanzado al emprendimiento. Las razones son aplastantemente lógicas: cada vez hay menos medios de comunicación que pagan por realizar el trabajo de periodista, cada vez hay menos huecos remunerados y , por lo tanto, hay que intentar crear nuevos productos. Bien sea en forma de medios de comunicación, de agencias de comunicación, de autónomos multidisciplinares.

Esto demuestra que ahora no estamos quietos. Con más o menos acierto, pero estamos moviéndonos, probando, intentando. Desde aquí mi respeto y admiración a todos aquellos profesionales que o bien ahora o bien ya hace tiempo decidieron lanzarse a la aventura del autónomo, emprendedor o como quieran llamarlo. Volviendo a mis inicios, no eran tantos entonces en la comunidad aragonesa, y ahora creo justo darles más valor si cabe.

Ahora bien, ¿es suficiente con esto? Con mucha probabilidad no. La realidad es que la oferta de profesionales independientes va a superar a la demanda de servicios. De la misma forma que la oferta de medios de comunicación (mezcla de tradicionales, con nuevos, con alternativos, etc) va a superar la demanda de información, acrecentando la sociedad de la “infobesidad“. Pero al menos si sabemos que jugamos bajo estas reglas, podremos actuar en consecuencia.

¿Cuál pudiera ser un escenario positivo? Que algunas de las muchísimas iniciativas que hoy en día se ponen en marcha dé con las claves que nos permitan establecer nuevos modelos. La duda es si aún cabremos todos los que estamos más todos los que llegan. De momento, nos tenemos que conformar con sobrevivir en este etapa de incertidumbres. Una cosa parece cierta: Hasta ahora nadie ha encontrado ese modelo, si hubiese sido así el resto ya lo estarían copiando.

Destellos de esperanza

No debemos lamentarnos porque cierren productos periodísticos que no funcionan -otra cosa bien diferente son los dramas personales que a veces conllevan-, otros llegarán aprendiendo de los errores. Ejemplos comenzamos a tener muchos y eso, vuelvo a insistir, al menos quiere decir que no nos hemos parado. Solo con echar de nuevo el vistazo comentado a la mesa redonda de “emprender en tiempos de crisis” encontramos iniciativas como Mongolia, ElDiario.es, AgoraNews, Infolibre, Líbero, Esmateria, Cuarto Poder o Alternativas Económicas.

No son ni muchos menos los únicos. Periodismo Humano, JotDown, Yorokobu, Panenka y tantos otros. Existen de hecho varias sitios en la red dónde podemos informarnos acerca de las nuevas alternativas que van surgiendo como 233grados.com.

Muchos de estos productos comunicativos nos traen nuevas formas de presentar los contenidos, como por ejemplo la original revista Vía 52 o emisoras de radio online como como El Extrarradio. Estos dos proyectos por ejemplo buscan su modelo económico de momento a través del crowdfunding.

Otros como el reciente Infolibre apuestan por soluciones más típicas hasta ahora de software informático. Y muchos apuestan por el concepto de “socios”, algunos de ellos con bastante éxito, como ElDiario.es, aunque Pau Llop en este artículo plantea diferentes conceptos de socios.

En cuanto a nuevos modelos de negocio en el sector, y aunque el ritmo es tan vertiginoso que dejan los ejemplos caducados a alta velocidad, es muy recomendable la lectura de la obra Microperiodismos, aventuras digitales en tiempos de crisis de Eva Domínguez y Jordi Pérez Colomé.

 

* Esta es la versión reducida de la reflexión titlulada “El periodista y las facturas

Viriato Monterde Alloza

Responsable de 960 Pixels Comunicación, coordinador de Finikito.com, coautor de El Mundo Girado y organizador de Prensa D.

viriatomonterde.com / @vimonterde